El Ambientador

Hoy he vuelto a nacer, he estado viendo la cara de la muerte por intoxicación más cerca que nunca. Pocas veces me oiréis decir ésto:

Estaba estudiando cuando me he sentido sucio, ¿sabes ese momento en el que de repente sientes que si no te duchas en menos de 5 minutos vas a empezar a pudrirte? Y no es que no me hubiera duchado hacía poco, que sí lo había hecho, mínimo mínimo, una vez cada semana, pero es que ¿sabéis eso que dicen que tocarse el pelo es una señal, mejor dicho, es La Señal que indica ganas de practicar sexo? pues me notaba el pelo supermanoseado y necesitaba esa duchita como agua de mayo.

Al tema, que estaba estudiando y he oído como mi buen amigo compañero Eloi, famoso en esto blog (no lo hago a posta, pero es que siempre hace alguna para poner aquí), se dirigía al baño. Al ver que 20 minutos después seguía ahí dentro, me di cuenta que estaba poniendo en práctica su conocida Ley WCEloi (Ubeceloi), que formula que uno cuando va al baño se queda sentado hasta que empieza a notar que la presión de las piernas sobre el retrete genera una gangrena incipiente con riesgo de perder la extremidad. Sigue leyendo...


Consciente del riesgo al que expondría tanto yo como generaciones venideras, si hubiera entrado a la ducha justo en el instante que él saliera, sabiamente he decidido posponer mi ducha los 30-45 minutos postWCEloi. Pero en esos minutos de rigor hay un corto margen de error, y hoy lo he comprobado. Al entrar he notado como un puño virtual me golpeaba cruel y despiadadamente en la tocha, sin oportunidad de rebotarme, he caído al suelo y he quedado incosciente, con la mala suerte de que llevaba el gel en la mano y se ha reventado, quedando inconsciente en medio de un charco de color crema (de gel la Toja) a la entrada del servicio. Al instante he recobrado el conocimiento y he visto claramente que me había convertido en un imbécil, con rabia interior he insultado al creador de ese monstruo y he decidido coger el toro por los cuernos, tenía que ganar ese combate.

Decididamente me he dirigido a la "droguería" y he cogido el mejor y más potente de los ambientadores, de los que no enmascaran, destruyen los malos olores (este paso realmente lo había hecho unos días antes por suerte, pero es para dar mayor énfasis a la historia, de por sí un poco aburrida), Oust! Aroma Pacífico tenía que salvar mi orgullo, quería ducharme en ese justo momento, ni un minuto más tarde.

El combate empezó, yo con cara de asco intentando interponer mi cuerpo entre la nariz y el monstruo, que seguía flotando imperturbable en el ambiente del baño, con esa cara tan poco estética cuando evitas oler algo. Ni en mis más pesimistas pronósticos salía el monstruo como vencedor en el combate de esa manera. Intenté primero con un par de ráfagas Oust!, pero fueron totalmente contrarrestadas, es más, con estupor observaba como al apretar al botón, en vez de salir el Aroma Pacífico, era el Mal Olor el que penetraba en el ambientador. Encolerizado y preso del asco aguanté el botón apretado, agravando la situación, el ambientador cada vez se hinchaba más y más, y no conseguía desprender una miserable gota de Aroma Pacífico. No os extrañará el haber visto esta imagen hace unas horas en Barcelona:


Un ambientador de tremendas dimensiones. Finalmente una vez el ambientador había sido llenado del Mal Olor, lo he tirado y he acabado con el problema, de momento.

No quería irme sin antes dejar unas preguntas reflexivas en el aire. ¿Cómo puede haber convivido Eloi con ésto?¿Es el ano (como a mi me lo parece), el mejor aislante de olores del mundo?¿Por qué no se escapa ni una gota de olor cuando uno no quiere?¿Por qué no construyen Anos gigantes como refugios nucleares?¿Cómo puede ser posible generar tan malos olores para un cuerpo aparentemente tan inocente?

¡Comer Sano, copón! Que no estamos para perder el tiempo.

1 comentarios:

Vives dijo...

Este post pierde toda la credibilidad cuando cebri dice que estaba estudiando, aunque conociendo eloi puedo asegurar que es capaz de crear una nube toxica de varios km